Creo que nunca se han editado tantos libros y revistas como en la actualidad, basta con echar un vistazo a kioscos, librerías o grandes supermercados, donde se encuentran compartiendo estanterías entre chuches, comidas para mascotas, menaje de cocina y electrodomésticos.

Pero no me acabo de acostumbrar a ver montañas de libros apilados de un mismo autor con su cartel de promoción como si fuesen patatas a granel, eso es minusvalorar al libro y al autor. Me resulta más gratificante curiosear las estanterías y descubrir un libro interesante por su contenido o por quien lo ha escrito.

Y es que ahora se escribe sobre todo tipo de contenidos y todo el mundo se siente escritor. Desde libros de autoayuda, donde te explican cómo triunfar y sobrevivir en el intento, sin caer en la cuenta de que eres tú el que estás haciendo triunfar al autor que te vende filosofías baratas y que, aseguran, seguían ya los fieros samuráis del Japón, capaces de sacar punta a un lápiz en dos pasadas de su afilada catana. O que si deseas hacerte rico en poco tiempo y tener sus preocupaciones no tienes más que seguir los sabios consejos del millonario de moda que oculta lo importante y pone a tu disposición, por una módica cantidad de euros, consejos tan manidos como invertir cuando el mercado está a la baja y vender cuando está en alta, con supuestas prácticas secretas de baja estofa, como la de comprar cuando suenan los cañones y vender cuando lo hacen los violines.

Proliferan incontables libros de matiz histórico o más bien de escenario histórico, donde los protagonistas razonan y se comportan como personas actuales a las que se les ha disfrazado de romanos, neandertales o de indios de Nueva Guinea. Pasa lo mismo con los especializados en intriga, complots o thrillers con rebuscadas tramas donde, es un decir, el asesinado y el asesino son la misma persona y su descubrimiento final corre a cargo del cartero de un barrio de Los Ángeles, ingeniero frustrado de la NASA que, en los ratos libres, se dedica a ayudar a su novia policía investigando los casos en los que está investigando.

Por estas fechas de Navidad, se incrementan las ediciones para regalar, en general de tapa dura y contenido más bien incierto, escritos por terceros a sueldo de celebrities e influencers de la moda, la farándula o la política. Libros que nos ilustran de sus amores desgraciados, de infancias difíciles, de su voluntad y tesón por triunfar, como de sus talentos que les impulsan y motivan. A veces, aprovechan para relatar la supuesta y heroica lucha de su familia durante la dictadura del antiguo régimen, pero ocultan que, por servicios a la patria a un familiar, se le concedió el derecho de abrir un estanco de tabacos. Sin faltar por supuesto el relato de los viajes iniciáticos al extranjero donde conocieron y disfrutaron del amor libre y fumaron otros tabacos.

No pueden faltar los libros de viajes y aventuras donde, además de las clásicas expediciones a los lugares más inexplorados del planeta, puedes revivir la alucinante aventura de un intrépido viajero al atravesar el desierto de Gobi en canicas y a galope tendido en un camello de Bactriana de doble joroba.

Siguen teniendo mucho éxito los libros dedicados a la gastronomía, donde se recrean una y mil veces recetas nuevas o inventadas, a veces mal copiadas, donde te pueden colar algún párrafo de una receta en otra y encontrarte en medio de la preparación de un guisado de jabalí con los detalles añadidos de una tarta de limón. Aunque lo más habitual es mencionarte un ingrediente que no aparece en la lista inicial de la receta. Sin embargo, los más arriesgados son los que te sugieren iniciarte en las cocinas exóticas, donde además de correr el riesgo de lanzar llamas por la boca, con platos cocinados al wok, te puedes juntar con una interminable cantidad de ingredientes exóticos como la sal del Himalaya, el perejil de Abisinia, etc., que hacen que tu cocina se transforme en una botica medieval llena de tarros y frascos de todo tipo.

Suelen abundar los libros temáticos que te invitan a descubrir y desarrollar habilidades escondidas que ni tú mismo eres capaz de intuir hasta que no lo intentas, con títulos tan sugerentes como “Adorne su hogar con labores de ganchillo”, como lo hacían nuestras bisabuelas, o “Trabajar la madera es fácil”, con guías minuciosas para renovar tu casa, construyendo tus propios muebles y sentirte un auténtico ebanista. Además, su adquisición viene acompañada de un regalo sorpresa: un auténtico martillo y una cajita de puntas, lo cual te asegura que, después de haberte peleado con la interpretación de los planos, jurando en arameo y destrozado más de un dedo, terminarás felizmente por montar una silla coja o una inestable mecedora colonial.

Es evidente que hay abundante lectura para todos.

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