Ella creó un negocio que busca preservar memorias a través de la técnica crochet | EL ESPECTADOR

2023-02-15 16:23:50 By : Ms. Tracy Yu

“Crocheterana es una unidad productiva socialmente responsable que combina los saberes artesanales heredados de mis padres, con mi conocimiento en dinámicas comunitarias y desarrollo humano obtenidas a través de mis estudios académicos. En Crocheterana utilizo la técnica del crochet para tejer obras únicas e irrepetibles.

Me especializo en crear amigurumis personalizados, los cuales consisten en una representación tejida de una persona o una mascota, que tiene como fin mantenerla presente en nuestras memorias. Así mismo, elaboro prendas de vestir exclusivas que buscan despertar el interés de las comunidades en dos tipos de efectos derivados de la moda rápida y masiva: i) los ambientales, que afectan nuestra casa mayor; y ii) los socioeconómicos, que deterioran las condiciones de vida de los pequeños productores. Finalmente, Crocheterana también tiene el sentido social de contribuir al mejoramiento de diversas causas sociales a través de donaciones directas, anónimas y orgánicas, así como de acompañar a otras emprendedoras en su camino. Sin embargo, esta faceta de mi unidad productiva aún no es de conocimiento de mis clientes”, dice Natalia Estévez Bernal, una trabajadora social que diseño obras innovadoras basadas en un arte tradicional que teje hilos entre generaciones, garantizando la transmisión de este saber a través del tiempo. Su historia y la de su negocio está retratada en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos.

1. ¿Cuántos años tengo y qué estudié?

Tengo 34 años y soy Trabajadora social, especializada en Desarrollo humano y promoción de la salud.

2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

Mientras residía en New Brunswick – Canadá, durante 2021, me encontré con diversos desafíos afrontados por las mujeres migrantes que no dominan el idioma local. Aquellas circunstancias despertaron en mí la urgencia de volver la mirada a mis raíces y a mi propia experiencia de vida y como resultado, nació Crocheterana, una unidad productiva socialmente responsable que a través de las redes sociales y con una baja inversión, ha transformado mi vida. El nombre Crocheterana se forma al concatenar dos partes de mí naturaleza, la Crochetera que reside en mí y que también hace un homenaje a aquellas artesanas y artesanos que, con hilos, paciencia y muchísima fortaleza han enhebrado la historia de este país; sumado a las letras Na, que representan mi identidad y mi nombre: Natalia.

Crocheterana es una unidad productiva socialmente responsable que combina los saberes artesanales heredados de mis padres, con mi conocimiento en dinámicas comunitarias y desarrollo humano obtenidas a través de mis estudios académicos. En Crocheterana utilizo la técnica del crochet para tejer obras únicas e irrepetibles. Me especializo en crear amigurumis personalizados, los cuales consisten en una representación tejida de una persona o una mascota, que tiene como fin mantenerla presente en nuestras memorias. Así mismo, elaboro prendas de vestir exclusivas que buscan despertar el interés de las comunidades en dos tipos de efectos derivados de la moda rápida y masiva: i) los ambientales, que afectan nuestra casa mayor; y ii) los socioeconómicos, que deterioran las condiciones de vida de los pequeños productores. Finalmente, Crocheterana también tiene el sentido social de contribuir al mejoramiento de diversas causas sociales a través de donaciones directas, anónimas y orgánicas, así como de acompañar a otras emprendedoras en su camino. Sin embargo, esta faceta de mi unidad productiva aún no es de conocimiento de mis clientes.

3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?

En primer lugar, mis circunstancias me enfocaron a optimizar los recursos que tenía a la mano. Así, recolecté las lanas que tenía guardadas y diversos patrones de crochet, y me decidí a elaborar mi primera obra. Luego, vino uno de los pasos más complejos que he vivido con Crocheterana, y este fue superar el miedo al fracaso y a la crítica al compartir mis primeras obras en redes sociales. Esto fue fundamental para mi unidad productiva, pues no solo me acercó a clientes, sino me permitió generar conexiones importantes que a mediano plazo impulsarían el crecimiento de Crocheterana. En tercer lugar, constancia, constancia y más constancia, pues pese a la complejidad de los escenarios, tener fe en una misma es la balsa que te lleva a atravesar cualquier río. Finalmente, gracias a mi experiencia como trabajadora social pude detectar con agilidad los individuos objeto de las donaciones directas, así como articularme con otras mujeres emprendedoras para fortalecer sus unidades.

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4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?

Los recursos financieros iniciales fueron de origen propio. Con la venta de mis primeras obras, generé un pequeño capital que reinvertí en nuevos patrones, agujas ergonómicas, mejores insumos, y una porción menor en pauta en redes sociales; lo que paulatinamente incrementó la demanda de mis obras. Desde las primeras ventas he direccionado una porción de las utilidades hacia las donaciones, mientras que el apoyo a otras mujeres emprendedoras se ha consolidado al ritmo del crecimiento de la marca.

5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?

A nivel individual, Crocheterana ha reavivado mi confianza y autoestima, pues me ha empoderado no solo financieramente, sino como mujer-sujeto de transformación de realidades.

A nivel comunitario, los amigurumis personalizados de Crocheterana me han permitido contribuir a la construcción de memoria de personas que atraviesan diferentes situaciones de su vida. De hecho, mis amigurumis personalizados han acompañado nacimientos, declaraciones espontáneas de diversos tipos de amor, propuestas de matrimonio y homenajes a seres queridos que ya no nos acompañan.

A nivel ambiental, el diseño y elaboración de las prendas de vestir de Crocheterana han buscado despertar de manera intuitiva, el interés en torno al consumo responsable y a los efectos de la moda rápida sobre la casa mayor y los pequeños productores.

Para concluir, uno de los principales fines sociales de Crocheterana es incidir a través de donaciones directas, anónimas y orgánicas, sobre diversas causas sociales como las afrontadas por mujeres en situación de vulnerabilidad manifiesta, madres cabeza de familia, víctimas del conflicto armado, personas en tránsito migratorio o personas en situación de calle, entre otras. Si bien, estas donaciones directas no las manifiesto en mis redes sociales, pues no deseo que se conviertan en un elemento publicitario, actualmente estoy generando alianzas con organizaciones para que a futuro pueda institucionalizarlas. Así mismo, las sesiones de soporte a otras mujeres emprendedoras han resultado enriquecedoras para Crocheterana, ya que además de cumplir con su fin social, también han diseminado mi marca en otros escenarios.

Definitivamente, ya que mi unidad productiva me permite diariamente hacer lo que disfruto, a la vez que puedo alcanzar la vida de muchas personas con algo perdurable. Así mismo, aplico mi profesión directamente sobre aquellos que lo necesitan.

7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?

No, ya que tras la esencia de Crocheterana, la cual se enmarca en un trato orgánico e íntimo a las personas, estoy yo y mi deseo de ser feliz al generar un impacto positivo en mi entorno desde el crochet.

8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?

Resultó altamente complejo no solo por el contexto en el que lo hice, sino porque a menudo alojamos en nuestros imaginarios e ideas preconcebidas que nos dificultan perseguir lo propio. Así mismo, el miedo al fracaso o a la crítica también puede paralizarnos y entorpecer nuestra evolución.

Adicionalmente, diversos factores externos pueden resultar agobiantes, entre estos las responsabilidades económicas, las brechas tecnológicas o emprender en contextos que no incentiven nuestra confianza. Por lo anterior, considero que cada proceso es particular y posee desafíos únicos, y por esto, debemos definirnos como individuos y buscar soporte de pares que nos inspiren a continuar luchando en contra todos estos factores y lograr nuestros objetivos.

9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?

Si cumplí parte de mi sueño, no obstante, ahora tengo claro que este aún se encuentra en construcción y evolución. Puntualmente, considero que debo mejorar mis capacidades en materia de emprendimiento, generación de redes y diversificación del portafolio de obras y servicios.

Al respecto, he detectado que Crocheterana posee una gran oportunidad de mejora en torno la consolidación de alianzas estratégicas con organizaciones sociales, a fin de trascender de las donaciones directas que otorga a un escenario balanceado entre estas y el fomento de unidades productivas en las poblaciones asistidas.

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10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?

Deseo continuar mi formación en el arte del crochet, explorando creaciones disruptivas que me permitan alcanzar diversos escenarios y personas. También quiero compartir mi experiencia y conocimientos con otras mujeres, para trascender de lo individual a lo colectivo, fomentando la creación de unidades productivas que incidan en sus realidades. Es muy importante para mí que Crocheterana, y sus creaciones, continúe generando un impacto social positivo en el país.

Crocheterana se ha dado a conocer en su nicho de mercado por los amigurumis personalizados, una obra de diseño única y exclusiva, por lo que esta no sería escalable. Sin embargo, se han venido explorando oportunidades de diversificar el portafolio de productos con ideas como patrones, insumos o tutoriales, entre otros, que si resultasen escalables.

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12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?

Si Crocheterana llegase a aceptar inversiones externas, estas deberían proceder de personas con un alto respeto por el valor sociohistórico de la artesanía latinoamericana en la construcción de memoria, así como sobresalir por su alto carácter ético. Además, estas personas deberían tener una profunda cercanía con la marca y con las comunidades a las que esta ha beneficiado.

13. ¿Qué no volvería a hacer?

Dada la necesidad de cautivar clientes y mantener un nivel alto de ventas, en un momento acepté un gran volumen de pedidos, lo que afectó mi bienestar personal, en definitiva, evitaría esto a toda costa. En segundo lugar, por las mismas razones mencionadas anteriormente, en un punto accedí a elaborar una obra excesivamente compleja que resultó poco rentable dados sus requisitos, este escenario también lo evitaría. Finalmente, pese a que hoy resulta sencillo decirlo, no volvería a dudar de mí, de mis habilidades, de mis sueños y no volvería a sentir miedo de mostrar mis obras. Sin embargo, también entiendo el valor que esta sensación tuvo en el nacimiento de Crocheterana.

14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?

En primer lugar, mi madre, mujer artesana y comerciante que me sirvió de inspiración y maestra. En segundo lugar, estarían sin duda alguna las artesanas colombianas y los pueblos indígenas del país, que con sus manos y saberes narran historias y tejen sociedades. Y finalmente, la inspiración también viene de una serie de mujeres crocheteras latinoamericanas que, durante décadas, han luchado para abrir el sendero que hoy, muchas de nosotras, adornamos con nuestras puntadas e hilos.

15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?

He sentido mucha frustración cuando detecto que personas han copiado creaciones mías o de otras crocheteras, sin dar el crédito debido. Otro escenario que me afecta profundamente es sentir que las personas no valoran la labor artesanal, y piden descuentos o rebajas. En esos momentos, si bien no he pensado en tirar la toalla, si me he pregunto respecto al sentido de lo que hago, el por qué, el para qué…

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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?

No dentro de una comunidad per se, sin embargo, recurro a canales bilaterales de soporte entre crocheteras a través de los cuales pregunto, respondo y comparto experiencias que fortalecen las unidades productivas.

17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?

A nivel emocional, Crocheterana posee un impacto directo sobre las personas que adquieren un amigurumi personalizado. Así mismo, su labor social también incide directamente en las personas receptoras de las donaciones, o sobre aquellas mujeres emprendedoras a las que he tenido la oportunidad de acompañar en algún momento de mi historia. Así mismo, el diseño de obras innovadoras basadas en un arte tradicional tiende hilos entre generaciones, lo que garantiza la transmisión de este saber a través del tiempo.

18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?

Es extremadamente complejo e impreciso vislumbrase en el tiempo, sin embargo, en este momento pienso que Crocheterana podría mantenerse en la escena del crochet como un actor de salvaguarde la tradición del crochet, y que promueva el arte manual como fuente de ingresos para las mujeres. Así mismo, buscaría que el sentido social de Crocheterana alcance un mayor nivel de estructuración e incidencia.

19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?

Ambos han sido fundamentales en el desarrollo de Crocheterana, pues no solo me han inspirado, sino que me han brindado apoyo constante tanto en presencia en redes sociales, como en volumen de ventas. Adicionalmente, mi familia ha sido trascendental para este proyecto, pues lo han soportado desde lo emocional y lo creativo. A menudo buscamos soporte en otros escenarios, y es posible que el apoyo y la confianza que necesitemos esté en los más cercanos, en los nuestros.

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20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?

Esa es la esencia y paso natural de este tipo de iniciativas. Al respecto, considero que lo más valioso del conocimiento es que este sea compartido a fin de generar nuevas relaciones y redes de apoyo.

21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?

Si bien, yo soy quien diseña y elabora las obras, mi esposo también hace parte fundamental de Crocheterana. Él no solo contribuye con la toma de fotografías o videos, sino aporta constantemente nuevas ideas. Adicionalmente, él cree en mí y en mis sueños y diariamente me anima a seguir creciendo. Por otra parte, soy muy afortunada de contar con el apoyo de todos los miembros de mi familia. Mi madre y padre me han ayudado a entregar pedidos o a comprar insumos, mi hermano fue uno de mis primeros clientes y siempre me publicita con sus amigos y compañeros de trabajo, y mis cuñadas también han adquirido mis obras y me han traído clientes y contactos muy importantes. Y algo transversal, es que todos siempre me dan likes y comparten mis contenidos en redes sociales. y eso ha sido fundamental para el crecimiento de Crocheterana.

22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?

Algo que diferencia a Crocheterana de otras iniciativas similares, es que los amigurumis personalizados no son elaborados con base en un patrón genérico, sino que cada uno posee dimensiones y detalles distintos. Previo al diseño, siempre intento conectarme con la historia detrás de quien solicita la obra, y busco que esta conexión se refleje en la obra final.

Por otra parte, durante la confección y diseño de mis prendas de vestir no solo persigo un uso racional de insumos sostenibles, sino busco una conexión con las historias y fuerzas presentes en los territorios; a fin de que estas intenciones inspiren una obra innovadora, exclusiva y con sentido.

Finalmente, el valor agregado y diferenciador de Crocheterana es su claro carácter social que persigue la unidad entre el arte y la transformación social. Esto incluye retomar y resignificar prácticas tradicionales de tejido, así como direccionar recursos hacia comunidades o personas que afrontan diversas situaciones de vulnerabilidad.

23. ¿Qué he aprendido de todo esto?

Al poner mis manos, mi espíritu y mi vida en Crocheterana, he podido reafirmar el valor del trabajo artesanal, y comprender lo admirable y poderoso que es generar un emprendimiento, en especial cuando este conecta el arte con el mejoramiento de su entorno social. Finalmente, crocheterana me ha hecho volver a creer en mi arte y en mi historia.

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