Bordar para aprender del universo

2023-02-15 15:32:28 By : Ms. Yoli Shu

Michelle Mora sujeta hábilmente con sus dedos una aguja y la inserta una y otra vez en un bordado de una galaxia. Habla con soltura mientras rompe la tela con un hilo rosa y no se enreda con sus movimientos. Los convirtió en un hábito.

Desde pequeña se acostumbró al tamaño miniatura de las agujas y lo delgado de los hilos, porque su mamá es costurera y le enseñaba sus técnicas y formas.

Cuenta que cuando las dos vivían en Caracas, la capital de Venezuela, en su casa no podía faltar una máquina de coser y se acostumbró a su presencia y aprendió a usarla.

Llegó a Medellín hace 6 años por la difícil situación de su país y porque aquí está el único pregrado de Astronomía de Colombia, el de la Universidad de Antioquia. Ahora recién egresada trabaja en el Planetario de Medellín donde se dedica a la divulgación científica a través del bordado, un arte similar a la costura y que aprendió en 2019 cuando viajó a Ecuador —país donde reside su mamá— y conoció a una mujer de una tribu indígena que le enseñó.

“El bordado lo aprendí de una amiga de mi mamá. Fue muy lindo porque ella no hablaba el español sino su lengua y aún así le entendía, fue difícil pero le cogí la técnica del bordado”, cuenta Michelle.

Esos bordados eran de flores y de pájaros, que terminaban siendo los diseños tradicionales de la región. Sin embargo, cuando Michelle llegó de Ecuador con la técnica ya aprendida, ya vivía en Medellín y estudiaba Astronomía. Estaba empapada del universo, las constelaciones, los planetas y quería mezclar ambas pasiones. Se le ocurrió la idea de hacer bordados astronómicos para ella.

Así empezó a bordar en 2020 durante la pandemia en clases virtuales. Su primera obra fue un Júpiter grande de tonos amarillos y naranjas, que todavía conserva en una caja blanca, donde también tiene todos sus materiales con los que borda: hilos de todos los colores, agujas y obras que todavía no ha terminado.

Tiene retazos con los planetas de Marte, Venus, Mercurio y la Tierra que espera que algún día se conviertan en un libro bordado sobre el Sistema Solar. Nunca ha visto uno así.

Por su habilidad con el bordado, Michelle lidera el Club de bordado y astronomía del Planetario de Medellín que cada año crece más. Por ejemplo, iniciarán unas clases de bordado astronómico el 18 de febrero y ya los 25 cupos están agotados.

Lo que harán es un mapa del cielo completo con sus 88 constelaciones. “Va a ser un proyecto bastante grande que se expondrá en el Planetario”, dice.

Continúa diciendo que jamás pensó que el bordado se convertiría en su trabajo y con esto lograría hacer divulgación científica.

“En otros cursos de bordado que he hecho en el Planetario les he explicado a las personas sobre la mitología de las constelaciones y sí, hablábamos de la técnica, pero la conversación giraba en torno a la astronomía. Hemos hecho de agujeros negros y les explicaba sobre ellos. La gente sí se encarreta”.

Michelle tiene claro que solo del arte del bordado no podría vivir y agradece haber encontrado la fórmula para mezclar el arte y la ciencia, que en realidad no son tan diferentes.

“El arte es un medio para entender la ciencia. Por ejemplo, sé de alguien que a sus conferencias de ciencias planetarias lleva una libreta de dibujos y todo lo que van explicando, él lo dibuja. Si explican algo del interior de Júpiter, él lo dibuja. Es como la manera de cada quién de entender el arte, no está tan alejado”.

Incluso, en el pregrado de Astronomía desde la experiencia de Michelle, algunos profesores recomiendan entrar a cursos de artes porque en materias como física y astronomía necesitarán dibujar.

“Algunos problemas de física deben dibujarse, si son de astronomía también. A veces dibujamos nubes, por ejemplo. Definitivamente el arte y la ciencia se pueden juntar”.

Del curso, menciona que a los participantes les hace bien asistir por su salud mental. Lo sienten como un espacio de silencio y concentración. Además, menciona que es lindo saber que los hombres cada vez más se animan a aprender sobre el bordado, un oficio que ha estado asociado principalmente a las mujeres.

Ha liderado otros cursos como el de “Astronautas” en el que juega con los niños y simulan que están por fuera de la Tierra.

Con todo su trabajo aquí en Medellín está agradecida pero también sueña con volver a su país. Dice que extraña vivir cerca de una playa, que se siente “costeña” y además tiene otro sueño y es el de llevar su conocimiento a Venezuela, a ese país que la vio crecer en un hogar donde no podía faltar una máquina de coser.

Para conocer el trabajo de Michelle la pueden encontrar en su red social de Instagram @michi.bordando

Si quiere más información:

Periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana. El sueño de ser médica lo cumplí haciendo periodismo de salud. También escribo sobre ciencia y de vez en cuando cultura.