Tal vez La Ballena estaba condenada desde el principio.El empalagoso drama de cebo para los Oscar de Darren Aronofsky, protagonizado por Brendan Fraser como un hombre con obesidad mórbida que se tambalea por la muerte de su pareja, parecía romper todas las reglas del buen gusto contemporáneo.Y no deliberadamente.Para el papel, Fraser ganó una cantidad significativa de peso y lo aumentó con prótesis;La Ballena está construida completamente en torno a su sorprendente transformación física.Su personaje, sin embargo, se presenta como un objeto de gran lástima, un punto de vista que la película parece encontrar profundo.Las acusaciones de gordofobia han sido rampantes.(Eloise Hendy explica claramente la reacción en este artículo sobre el problemático resurgimiento de los trajes gordos de Hollywood). Hablando críticamente, The Whale ha soportado un arponeo bastante riguroso.Sin embargo, mientras que las esperanzas de la mejor película de The Whale pueden haber quedado varadas por su recepción polarizada, la propia reputación de Fraser ha salido ilesa de la película, y posiblemente incluso reforzada.La estrella de La Momia es la favorita de las casas de apuestas para llevarse a casa el Oscar al Mejor Actor, y actualmente se encuentra en pleno proceso de recuperación de su carrera.Si gana el premio, será, para muchos, un momento de emociones encontradas.Por un lado, la victoria representaría un reconocimiento atrasado para un actor talentoso a quien la industria cinematográfica ha tratado muy mal.Por el otro, un respaldo alegre de los tropos gordofóbicos arraigados.Pero, ¿realmente se puede responsabilizar a Fraser por las fallas éticas de la película?No estoy muy seguro.Los actores están condicionados a aprovechar la oportunidad de hacer películas como The Whale.Cada vez más, parece que los organismos de la industria, como la Academia, simplemente están más interesados ​​​​en las transformaciones físicas radicales que en las emocionales.Mire a los actores que han ganado o han sido nominados a los Oscar en los últimos años, y no encontrará escasez de actuaciones basadas en este tipo de transformación superficial de frotarse los ojos con incredulidad.Gary Oldman como Winston Churchill en Darkest Hour.Christian Bale como Dick Cheney en Vice (y American Hustle).George Clooney en Siriana.Tampoco se trata solo de acumular masa;a veces los actores se vuelven esqueléticamente delgados, como Joaquin Phoenix en Joker o Matthew McConaughey en Dallas Buyers Club.No es necesariamente que actores como Fraser estén sentados y eligiendo cínicamente el tipo de papeles que alteran el cuerpo que tienen más probabilidades de obtener el oro del Oscar.(Aunque se le perdonaría leer una cierta cantidad de cinismo hambriento de premios en todo el asunto de The Whale). Pero a medida que la Academia y otros organismos de premios continúan aplaudiendo estos mismos tipos de "[EN BLANCO] es irreconocible en [ BLANK]” roles de actuación, los criterios de lo que la gente considera una gran actuación comienzan a cambiar.Por supuesto, no siempre es saludable para un actor ganar o perder cantidades significativas de peso para un proyecto.Jared Leto afirmó haberse dado a sí mismo gota al tomar pintas de helado con aceite de oliva y salsa de soya en el microondas todos los días para aumentar de peso para el Capítulo 27, un drama de 2007 en el que interpretó a Mark David Chapman.Realmente no hay ninguna justificación para que un actor se someta a un proceso tan desaconsejable desde el punto de vista médico.En última instancia, la transformación de Leto no significó mucho, ya que la película languideció en la oscuridad.(Aún así, obtuvo más de sus esfuerzos que Ryan Gosling por The Lovely Bones: después de que el director Peter Jackson descubriera que Gosling había ganado 60 libras sin consultarlo, reformuló el papel con Mark Wahlberg).Entonces, ¿deberían los actores rechazar estos papeles?Puede que no sea tan fácil.Las transformaciones corporales son, hasta cierto punto, una parte inevitable de la actuación.Casi todos los roles requieren que los actores alteren su físico hasta cierto punto;solo cuando estos ajustes se vuelven extremos, comenzamos a comentarlos.El deseo de abordar un papel de transformación corporal parece ser algo natural para muchos actores: puede verse como una especie de prueba de temple.Una demostración de alcance.de compromiso.Seguramente se deriva del mismo tipo de seriedad orientada al proceso que la actuación del Método, o lo que la gente en las redes sociales podría referirse como "un caso de 'Cerebro de actor'".Es poco probable que la Academia, que después de todo incluye a muchos actores en su cuerpo de votantes, deje de recompensar este tipo de roles en el corto plazo.Además, el hecho de que una actuación implique un cambio físico drástico no la reduce automáticamente a un truco.Elimina el artificio problemático del papel de Fraser en The Whale, y te queda un giro fuerte y emotivo, sin duda uno de los mejores del actor.Probablemente sería injusto culpar a Fraser por querer asumir un papel tan desafiante.Pero es preocupante la poca cantidad de roles sustanciales y listos para premios que hay ahora que no involucran prótesis y un plan de dieta de 12 semanas.'La Ballena' ya está en los cines