“Con el dinero que les podría haber mandado hubiera ayudado para que mis hermanos estudien” | UNICEF

2023-02-15 16:35:11 By : Ms. Anita xin

Una unidad móvil desplegada por UNICEF y su socio El Refugio de la Niñez, gracias al apoyo de los Gobiernos de Suecia y Estados Unidos, recorre los 21 municipios del departamento de Quiché. A bordo se traslada una psicóloga que visita a las niñas, niños y adolescentes que han sido retornados desde México o Estados Unidas hacia sus comunidades de origen, después de haber intentado migrar en busca de una nueva vida.

En 2021 fueron retornados cerca de 8,000 niñas, niños y adolescentes guatemaltecos no acompañados. La mayoría proveniente de México. Al retornar, a la mayoría de ellos les invaden sentimientos de fracaso y culpa y viven un doble duelo: frustración por no haber alcanzado su sueño y decepción por la deuda que acarre la familia por motivo de su viaje. Muchos también pueden llegar a sufrir violencia o maltrato, haciendo del viaje una experiencia aún más traumática.

A inicio de enero de este año la unidad móvil fue alertada del retorno de Mena*, una adolescente de 16 años que recientemente había sido retornada y decidieron visitarla para brindarle apoyo. Luego de dos horas de viaje y preguntando en el camino por la locación del hogar de la familia de Mena, finalmente lograron encontrar su vivienda. Sin embargo, se sorprendieron con la noticia de que no iban a poder brindarle el apoyo psicosocial a Mena, ya que ella nuevamente se encontraba en movilidad, por segunda vez, rumbo a Estados Unidos.

Dos semanas después, Mena otra vez había sido retornado a su comunidad de origen. Su casa, de adobe con techo de lámina, está rodeada por parcelas de maíz, pero ni una es de la familia. Su papá, hace trabajo de campo en terrenos ajenos, y cuando hay trabajo gana no más de Q 50.00 al día. Su mamá complementa los ingresos familiares vendiendo fajas tejidas por ella misma. Con la venta de cada faja gana entre Q50.00 a Q75.00 por un trabajo que le requiere una semana en elaborar. Mena también ha aprendió a tejer, pero ella le tomas más tiempo concluir cada faja.

Mena, a pesar de tener 16 años cursa el sexto primaria, con la pandemia del COVID-19 se atrasó, pero sabe que no seguirá con sus estudios, pues la escuela secundaria más cercana está a 3 horas de camino y su familia no puede sostener el costo del transporte. Sus cuatros hermanos tendrán la misma suerte. En la mejor de las posibilidades, culminarán únicamente la primaria.

La falta de oportunidades y acceso a la educación empujaron a Mena a tomar la decisión de intentar viajar una y otra vez.

“Mis papás no me dejaban ir, me costó mucho convencerlos. Me dijeron que sí solo cuando vieron que no había cambiado de idea” asevera Mena, “les dije que con el dinero que les podía mandar, los puedo ayudar para que mis hermanos estudien”.

En ambos intentos Mena viajó en bus hasta Tapachula, ciudad mexicana cerca la frontera con Guatemala, de allí tomó un vuelo hasta Monterrey, al norte de México. “Nunca había tomado un avión”, dice sonriendo. Fue su inexperiencia la que la traicionó, y un oficial de migración mexicano se le acercó cuando la vio insegura después de aterrizar. Recuerda bien sus detenciones y los viajes de regreso: “La primera vez estuve 23 días detenida y la segunda otros 15, pero hice amigos, muchos de Guatemala. ¡En el segundo vuelo de regreso, éramos 257!” resalta.

Adelaida Pérez, la psicóloga que la evaluó después de su segundo regreso, dice: "El desafío ahora es conectarla con los servicios adecuados para que pueda continuar sus estudios o buscar una oportunidad empresarial, y que no corra el riesgo de Intentando otro viaje”.

Desde noviembre 2021, la unidad móvil ha apoyado y dado seguimiento a más de 81 casos en Quiché, brindando apoyo psicosocial y asistiendo en la reintegración de la niñez en contexto de movilidad retornada.

Mena corre al telar de faja para seguir un trabajo que ha empezado hace días. Le gusta ayudar a su madre. Aunque en su aldea, el destino de cualquier joven está casi escrito: atender los oficios domésticos o trabajar en el campo. Pero, Mena lo tiene claro, eso no es lo que desea para su futuro. Ella sueña con abrir una tienda de accesorios para teléfonos celulares, un nuevo acto te valentía su parte.

* nombre ficticio para proteger su identidad.

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